4 de mayo de 2010

Cuando te tenga

Ya te lo he comentado en varias ocasiones, y por eso este blog lleva ese nombre: en ocasiones pienso en ti, y en lo que haríamos en un posible reencuentro. Aquí tienes una de mis últimas fantasías al respecto.
Ver/ocultar resto de la entrada

Ya te lo he comentado en varias ocasiones, y por eso este blog lleva ese nombre: en ocasiones pienso en ti, y en lo que haríamos en un posible reencuentro. Es algo recurrente en mí, y ya lo he comentado aquí alguna vez; igual que ya he comentado que a ti también te pasa, que sé que tú también en ocasiones fantaseas con reencontrarnos y pasar unas horas, o incluso unos días, de “orgía y perversión”.

Sí, este blog está dedicado a ti, y no porque seas su única protagonista: aquí cuento también experiencias y fantasías con otras, ya lo has visto. Pero tú eres recurrente. Tú eres mi fantasía por antonomasia. Tú fuiste algo muy especial. Fuimos algo muy especial. Y para nosotros el sexo era algo también muy especial. Quizás por eso, además de otras razones también, seguimos pensando el uno en el otro, fantaseando el uno con el otro… y, hasta en ocasiones, consiguiendo reencontrarnos brevemente para hacer realidad por un breve espacio de tiempo todas esas fantasías, alimentando así nuevos anhelos futuros. Sí, fuimos, somos y seremos algo muy especial, aunque vivamos vidas separadas.

Ya hace tiempo de nuestro último encuentro. Demasiado tiempo. A veces pienso con pesar si habrá sido el último. No pierdo la esperanza, pero lo cierto es que las circunstancias hacen cada vez más difícil que podamos repetirlo. Aún así, sigo esperándolo, y en ocasiones cualquier pequeña oportunidad vislumbrada en el horizonte me hace ilusionarme y empezar a pensar en ti con más intensidad, con más frecuencia, y las fantasías comienzan a dispararse. Lamentablemente, todavía ninguna de esas oportunidades ha llegado a concretarse, y por eso ni te las he comentado: para qué proponerte algo que a menudo no tiene ningún fundamento real más allá de mis locos deseos que convierten cualquier minúscula esperanza lejana en una oportunidad potencial. Pero en fin, el caso es que esas “oportunidades fantasma” me dan la ocasión de volver a fantasear contigo con más fuerza. Cuando esto ocurre, paso días, o más bien semanas, pensando en ti una y otra vez, fantaseando contigo… y hasta en ocasiones masturbándome pensando en ti. Sí, hay quien piensa que si tienes una vida sexual activa, y yo la tengo, la masturbación no tiene sentido… pues qué quieres que te diga, yo creo que en ocasiones lo tiene, especialmente si es la única forma de estar contigo, aunque sólo sea en sueños.

Ya te he hablado de estas fantasías: hace algunos años, de forma previa a uno de nuestros últimos reencuentros (¿o fue el último?) te hice llegar el relato de una de ellas. Recientemente volví a tenerlas, y también te lo conté. Pero espero que no te importe que las repita aquí, para disfrute de nuestros lectores. Sí, digo nuestros, porque, al fin y al cabo, tú también eres protagonista de este blog; en ocasiones de forma directa, en las historias que te atañen, y siempre como inspiración. Recuerda, no tienes más que leer el título...

El marco general de mis fantasías contigo es siempre más o menos el mismo: nos hacemos una "escapada" de un par de días dedicados básicamente a follar, a disfrutar con nuestras bocas y nuestros cuerpos, y habitualmente imagino que transcurre en tu casa. Las variaciones vienen en lo que hacemos.

Hombre, la verdad es que el sexo tampoco es que tenga tantas variaciones: una postura u otra, te lo chupo, me la chupas, te la meto... al fin y al cabo son siempre variaciones sobre el mismo tema; no quiero decir que sea monótono, como puede parecer dicho así, pero me refiero a que volverte a contar fantasías donde simplemente hacemos variaciones de “cosas normales” tampoco sería nada especial. Pero en ocasiones tengo fantasías más imaginativas y morbosas, y últimamente, no sé por qué, iban más en esta dirección…

Por ejemplo, a veces me gustaría afeitarte el coño, o a veces me imagino que te he pedido que llegues tú a la cita con el coño afeitado (en mi imaginación siempre haces lo que te pido; es una de las pocas ventajas de las fantasías sobre la realidad ;-) Las dos opciones tienen su puntito: afeitarte yo el coño tendría morbo, formaría parte de una larga sesión de jugueteo, y aprovecharía la operación de afeitado para ponerte cachonda al mismo tiempo, jugando con la espuma de afeitar y combinando pasadas muy lentas de la maquinilla con mucho jugueteo manual en tus labios y tu clítoris, para empaparte y ponerte a cien. Y por otro lado, que llegases a la cita con el coño ya afeitado también tendría su morbo, tanto por la "sorpresa" que supone encontrarlo ya pelado (aunque supiera que estaba así, no deja de ser impactante) como por el cierto morbo que también me da a veces ese jugueteo de "yo mando, tú obedeces", ese pequeño sometimiento que supondría que te plegaras a mi petición (que ya sabes que no es que yo sea especialmente autoritario en el sexo, y de hecho también me gusta el jugueteo de someterme yo, pero a veces me gusta ir de "mandón"). Pero puestos a elegir, creo que preferiría pelártelo yo, tanto por el juego que podría dar el propio afeitado, como por poder contemplar tu cuerpo desnudo antes y después: si llegases con él pelado, me perdería verte con el coño peludo; claro que siempre podrías haberte hecho una foto antes y enseñármela, para ver el “antes” y el “después”, que también tendría su morbo; como ves, imaginación no me falta :-)

¿Por qué esta fantasía del coño depilado? Bueno, no es que me gusten especialmente los coños pelados, pero tienen su morbo. Estéticamente, aunque verlo pelado de vez en cuando tiene su puntito, me gustan más peludos. De forma general, me gustan los coños al natural; pero en el sexo, lo que me gusta sobre todo es la variación y la novedad. Y ver pelado un coño que estás acostumbrado a ver todo peludito, es algo que, hecho de vez en cuando, me pone a cien.

Y además hay otra ventaja que debo reconocer aunque me gusten los coños al natural: los coños pelados son una maravilla para chuparlos. Es una gozada lamerlo todo sintiéndolo tan suave, restregar toda la cara por el coño, extender los jugos por todo el exterior, dejarlo todo mojado y resbaladizo... es difícil de explicar, pero no tiene nada que ver chupar un coño peludo con chupar uno afeitado, hay mucha más piel para chupar, es estupendo. Y a vosotras os gusta también mucho más que os lo coman así, supongo que porque de esta forma no sólo me como los labios y el clítoris, sino todo el exterior. No sé si lo habrás probado, es curioso que mientras estuvimos juntos nunca pensásemos en la depilación. Pero afeitarse el coño de vez en cuando es una gozada para ambos.

También con las manos es agradable tocar un coño peladito y bien mojado. Tan suave, tan húmedo, acariciarlo en su totalidad, por dentro y por fuera... es muy agradable para ambos también. En resumen, que aunque para mi es más bonito con pelos, pelarlo de vez en cuando es una gozada también. Así que en ocasiones en mis fantasías acabas totalmente peladita y chorreando...

Por cierto, que yo sólo me pelé una vez, y también tuvo su gracia: gané un montón de sensibilidad en los huevos, simplemente que me los rozaran con los dedos era una gozada. No me importaría repetirlo como parte de un jugueteo sexual (claro que a ver cómo lo justificaría en casa…)

¿Más fantasías "especiales"? Pues sí, las hay, las hay...

En una de ellas, aunque sea relativamente normalita, antes de nuestra cita nos equipamos con juguetes variados. Básicamente, lubricantes “Control”, de esos de sensaciones frío y calor, y algún consolador. Así tenemos para juguetear más, con más variaciones, durante las largas sesiones de cama que vamos a tener por delante.

¿Que si me gustan esas cosas? Depende... Me pasa más o menos como con el coño depilado: de forma habitual, no, pero de vez en cuando tienen su gracia. Los lubricantes tienen sus partes buenas, como las sensaciones extrañas de frío y calor que provocan, o el hecho de que permitan unos deslizamientos exageradamente "resbaladizos" que tienen su morbo (me refiero tanto a la penetración propiamente dicha, como a jugueteos de roces por el exterior); en contra tienen que, aunque sean comestibles y dulzones de sabor, prefiero mil veces el sabor natural, así que me fastidia chupar después de haber usado un lubricante y no sentir el aroma y el sabor del coño (¡es que me encanta comerlo!). Además, al final quedas todo pringoso... Pero bueno, para dar variedad en una sucesión de polvos como la que tendríamos en mi fantasía, no estaría mal. Lo mismo pasa con el consolador: aparte del morbo que me da metértelo (y supongo que a ti también), estaría el jugueteo de ponerte a cien usando la vibración en tus labios y en el clítoris; y, por supuesto, metértelo mientras me la chupas o metértelo mientras te lo chupo… y siempre podríamos probar una doble penetración, con mucho lubricante ;-)

Y esto me lleva a otra fantasía, que ya te estarás imaginando: metértela por el culo.
Sí, ya sé que lo hemos hecho varias veces, y también sé que, aunque a los dos nos da morbo, tampoco es que nos dé más placer que los polvos normales. De hecho, lo que más nos gusta de la enculada creo que es eso, el morbo de lo diferente y de lo “pervertido”. Aunque reconozco que yo no puedo evitar recordar, cada vez que pienso en darte por culo, aquella primera vez que lo hicimos y que acabaste totalmente enviciada mientras yo te enculaba con todas mis fuerzas, aquella vez que exclamaste a gritos "¡métemela joder!", cuando se me salió en una de las embestidas. Sí, esa vez que ya he relatado en este blog, y que permanece como uno de los recuerdos imborrables de mi vida sexual. Te he follado el culo en más ocasiones, sí, pero aquélla… oh, aquélla… se ha convertido en una especie de leyenda, y da igual que hayamos tenido muchas otras experiencias anales después: pensar en darte por culo es recordar tu imagen a cuatro patas gimiendo y gritando sobre los sillones del salón de tu casa mientras yo te embestía de pie sacándola y metiéndola hasta el fondo.

Así que sí, en mis fantasías contigo no suele faltar una buena enculada. Pero esta última fantasía que he tenido contigo no se limita a esto: ahora se trata de una versión más "guarra" y con una pequeña componente de dominación; no sé si en la realidad estarías dispuesta a hacerlo, aunque creo que si aceptaras al final disfrutarías de puro morbo, a pesar de la pequeña componente masoquista (aunque en absoluto dolorosa) que conlleva. Al grano: se trataría de "prepararte el culo" a base de bien para la posterior penetración; básicamente con una limpieza perfecta, y de forma opcional con un dilatador para favorecer luego la penetración.

Me explico: se trataría de dejarte el recto totalmente limpio, con una lavativa. Ya sé que suena asqueroso, pero creo que hasta podríamos convertirlo en un proceso morboso. Nunca nos ha hecho falta, y la verdad es que es algo en lo que ni se nos ha ocurrido nunca pensar en el fragor de la excitación, pero lo cierto es que, pensándolo bien, siempre me ha sorprendido que tuvieras un culo tan limpio. Pero esta vez quiero ir más allá, y no podemos confiar en la suerte: hay que dejar tu interior vacío, impoluto, perfecto. Para ello, te inyectarías agua templada ligeramente jabonosa (con muy poquito jabón neutro, nada agresivo) con un enema, y te forzarías a retenerlo dentro diez minutos (ésta es la parte más jodida, aunque tiene su puntillo morboso). Luego lo expulsarías, y repetirías la operación. En esta parte mi fantasía varía: en unas ocasiones, esto lo haces tú sola, por tu cuenta, generalmente antes de encontrarnos, para llegar ya con el culo bien vacío y limpito; y en otras ocasiones imagino que soy yo quien te pone el enema y quien te "fuerza" a aguantar antes de dejarte ir al baño para echarlo (todo esto completamente desnuda, claro). No sé qué me pone más, y en ambos casos aparece esa pequeña componente sadomaso en la que tú aparecerías sometida a mi, preparando tu cuerpo para mi; en la versión en la que te lo hago yo, esta componente de sometimiento se acentuaría aún más, te sentirías tremendamente vulnerable, desnuda y expuesta mientras te someto a la limpieza; y sé que, en el fondo, te gustaría. Además, la versión de ponértelo yo podría dar bastante juego: primero nos habríamos puesto ya cachondos, y el momento de meterte el enema podría ser también un jugueteo: juguetearía con él en tu ano, intentando excitarte, jugando con el enema como si fuera un pequeño consolador, retrasando el momento de inyectarte el agua. A lo mejor hasta podría estar follándote a cuatro patas por el coño mientras te meto el enema en el culo, incluso podría estar follándote cuando te inyecto el agua, como si fuera una megacorrida en tu culo... Luego quizás podríamos seguir jugueteando durante la espera, follando, chupándote el coño... mientras tú aguantas la lavativa dentro como puedes. Sí, un poquito sadomaso, pero mola...

Esto lo repetiríamos dos o tres veces, hasta dejarte absolutamente limpia por dentro. Luego te lavarías bien el ano por fuera (o lo haría yo, en la segunda versión), y estarías casi lista. Para empezar, esto me permitiría hacer algo que no te he hecho nunca, y a lo que no me atrevería de otra forma: lamerte bien el ano y meterte la lengua dentro, alternándolo con una comida de coño. A mi me daría mucho morbo poder comerte bien el culo, lamerte el ano a base de bien, hundir mi lengua dentro de tu culo hasta donde pudiera… y supongo que tú lo disfrutarías. Tras bastante chupeteo de coño y de culo, engrasaría bien mi glande y tu ano con lubricante y te la iría metiendo muy poquito a poco, con muchísima paciencia, disfrutando el momento, haciéndote sentir cómo se desliza en tu interior centímetro a centímetro, y dejando a tu esfínter acomodarse poco a poco a su grosor para que la disfrutes sin ni una pizca de dolor. Quizás podríamos combinarlo a ratos con el consolador metido en tu coño...

Y en una última variante, usaríamos un dilatador, un "tapón" para el culo comprado en un sex-shop. Supongo que lo conoces, es algo así como un mini-capullo (pequeñito, fácil de meter en el culo) con una base muy ancha, como una arandela grande que hace de tope. Es para llevarlo puesto un tiempo y que el ano se acostumbre a estar algo dilatado, para que luego sea más fácil meter la polla. Pues bien, en esta versión haríamos todo lo anterior, limpieza y chupeteo de culo incluido, pero terminaríamos con una follada "normal" por el coño. Sólo que antes te habría puesto el tapón en el culo y no te lo quitarías al terminar. Nos lavaríamos, nos vestiríamos y nos iríamos a cenar, tú con el tapón puesto. Esto nos daría para una cena tremendamente morbosa, tú sintiendo constantemente esa cosa en tu interior, y yo sabiendo que lo llevas puesto. Cuando volviéramos a casa, tendrías el culo perfectamente listo para disfrutar a tope de toda mi polla...

En fin, como ves mis fantasías no se limitan a “te chupo, me chupas, te follo”. Por supuesto, no todo son cosas exóticas: también me gustaría follarte de forma más “convencional” pero en determinadas posturas concretas. Por ejemplo, me encanta que me folles tú, conmigo tumbado y tú sentada encima, mientras contemplo tu cuerpo y te sujeto las tetas, esas tetas que tanto me gustan... También me gustaría follarte sobre una mesa, tú tumbada en ella con el culo en el borde y yo de pie en el suelo, contemplándote y sobándote a placer mientras te follo... Y en cuanto a dar por culo, como complemento a todo lo anterior, también me gustaría, una vez que tuvieras ya el culo bien dilatado y acostumbrado a mi polla, que te sentaras tú sobre ella, metiéndotela en el culo en posición sentada, conmigo tumbado... En fin, que con tanto pensar en todo esto se me está poniendo gorda y todo...

Y eso es más o menos lo que imagino cuando pienso en ti, o mejor dicho, cuando pienso en follar contigo. Fantasías que lamentablemente parece cada vez más difícil que lleguen a hacerse realidad (aunque sería genial), pero en fin... De momento, tendremos que conformarnos con estas fantasías. Besitos, en todos tus labios humedecidos.