9 de diciembre de 2009

Mis vecinas

¿Quién no ha fantaseado alguna vez con sus vecinas o compañeras de trabajo? Aquí os presento a mis vecinitas. Quién las pillara...
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Parece un tema recurrente en esto de las fantasías, ¿verdad? Las de las vecinitas... Supongo que por el hecho de la relativa proximidad física y el contacto más o menos frecuente (aunque a menudo no sea más que contacto visual), parecen mujeres más accesibles que las que puedas cruzarte por la calle, y por tanto más aptas para fantasear con ellas como parte de lujuriosas historias de seducción. Unas fantasías que, precisamente por esa mayor proximidad, creo que tienen una improbabilidad bastante alta de hacerse alguna vez realidad; pero qué coño, lo importante de las fantasías es poder disfrutar con ellas, ¿no?

La verdad es que yo ahora no me puedo quejar: tengo tres vecinas más que apetecibles para montarme con ellas historias morbosas en mi cabeza; y unas cuantas más dentro de la categoría de "inalcanzables" por la diferencia de edad (sobre los veinte añitos; qué ricos...), de esas que sirven para ponerte los dientes largos en la piscina contemplando sus esplendorosos cuerpos pero poco más; porque a la hora de tener fantasías, uno sabe que esas jovencitas te son ya tan inalcanzables que no te lo crees ni fantaseando, así que las que me dan más morbo, por esa mayor posibilidad teórica (puramente teórica) de enrollarme con ellas son las otras, las de entre treintaytantos y cuarentaypocos.

Una de ellas es mi vecina de al lado. Una tía maja, simpática, y que de jovencita debió ser una belleza. Ahora está bastante mal conservada, la pobre, parece más avejentada de la edad que debe tener en realidad (debe ser un pelín mayor que yo pero no demasiado, pero aparenta más), pero aún así se nota que debió ser una de esas chicas de las que te hacen volver la vista al cruzarte con ellas. Alta, con buen cuerpo, grandes tetas, mona de cara, y con unos ojos... ¡qué ojos, diosss! No lo puedo evitar, me encantan unas buenas tetas, me gusta un buen culo redondito y firme... pero me derrito cuando me miran unos ojos como estos: profundos, grandes y claros, de un azul claro tirando a gris, que te dejan hipnotizado.

Lástima que apenas se cuide, que vista siempre de forma muy descuidada, que no la vea casi nunca peinada o medianamente maquillada, y que todavía no haya sido capaz de averiguar cómo tiene el culo porque nunca la he visto con pantalones ajustados. Sale poco, y de esas pocas veces, muy pocas lo hace arreglada para ir algún sitio, así que casi siempre la veo en camiseta y vaqueros viejos, sin salir de la urbanización. Aún así, desde el principio me cautivaron sus ojos y su permanente sonrisa, para luego asombrarme con sus generosas tetas que aún se mantienen con una relativa firmeza que se esfuerza por desafiar a la gravedad. Ufff, estoy recordando una vez en que la vi “empitonada” en pleno verano, con una camiseta blanca… Qué visión…

Sólo una vez conseguí verla en la piscina, y casi de refilón; estaba sentada algo lejos e iba acompañada de su marido, así que no tuve demasiada ocasión para examinarla en detalle sin quedar en completa evidencia, pero me di cuenta de que sigue teniendo un cuerpo más que apetecible. Vamos, una tía más que follable (disculpad, chicas, este post tan aparentemente machista, pero es que no estoy describiendo a mis vecinas como personas, eso es otra cosa; ahora las estoy describiendo como un simple objeto de mis fantasías; son cosas distintas), simpática y agradable, y que se pasa mucho tiempo sola en casa, con su marido de viaje. Una candidata ideal para imaginarla sola en casa sedienta de sexo... de mi sexo... en fin, pura fantasía.

La segunda vecina que me atrae, lo hace por puro morbo. Y es que tiene una cara de pillina y una sonrisa pícara que parece ir pidiendo guerra, aunque seguro que todo no son más que imaginaciones mías. Al contrario que la anterior, ésta es más bien bajita, pero con buen cuerpo. Nada espectacular, pero un cuerpo bonito, bien proporcionado. No sé por qué, creo que tengo debilidad por estas chicas pequeñitas de agradables formas; y digo pequeñitas, y no bajitas, porque me refiero a esas que parecen una versión reducida de toda una mujer, con todo en su sitio y muy buen puesto. Porque a veces una chica bajita puede resultar algo rechoncha, o "paticorta", o lo que sea, pero cuando tiene buen cuerpo y buenas curvas, con todo en la proporción adecuada a su estatura... en fin, siento cierta debilidad, y no sé por qué.

Tampoco es que sea una miniatura... es simplemente una chica algo bajita, como muchas, "menudita", como suele decirse, de esas que resultan muy manejables en la cama por su pequeño tamaño y peso (sí, estuve bastante tiempo con una chica así, y es divertido). Y además es mona, pero sobre todo tiene lo que decía antes: una cara pícara, unos ojillos traviesos, y una sonrisa que cuando te mira parece estar queriendo decirte algo más... imaginación calenturienta, supongo. Y si en realidad hubiera algo más… en fin, creo que nunca lo sabré: sería muy delicado arriesgarse y equivocarse; y sería quizás más delicado aún acertar… Menudo lío, estar liado con la vecina… mejor dejarlo para las fantasías.

Al contrario que la anterior, esta chica sí que se cuida, y mucho. Hace deporte, va siempre bien peinada y parecer ir arreglada y pintada incluso para ir a tirar la basura; hasta con chándal resulta sexy. No es que vaya siempre de punta en blanco, que resultaría hortera, pero es de ésas que hasta con vaqueros y camiseta los lleva perfectamente elegidos, complementados... y mínimamente ajustados para resultar atractiva sin caer en la chabacanería. En la piscina, usa bikinis sencillos pero siempre negros o muy oscuros, que realzan su bonita figura. Al contrario que mi otra vecina, ésta consigue aparentar menos años de los que tiene en realidad (cuando me enteré de su edad por casualidad, me sorprendió). Una chica que se gusta y quiere gustar. Qué peligro...

Con esas premisas, da igual que no tenga un culo ni unas tetas espectaculares: tiene un culillo pequeño y unas tetas firmes y redondeadas de tamaño medio, y con eso basta. Da lo mismo: en conjunto tiene un buen cuerpo, y con ese atractivo y esas miradas pícaras (que puede que sólo sea cosa mía, pero me lo parecen)... en fin... que me derrite, esta chica. Hay ocasiones, cuando me mira con esa sonrisa y esos ojillos picaruelos, que me dan ganas de atraerla como en las películas y pegarle un buen morreo para luego irnos a hacer todas las guarrerías que se nos ocurran. ¡Ay, si yo te pillara…!

De mi tercera vecina, no sé bien qué decir. Es algo enigmática, y no tengo claro si es tímida o simplemente gilipollas. Pero, sin poder decir que sea guapa, tiene una cara que me atrae, un rostro bastante atractivo. Siempre seria, no creo haberle visto nunca sonreír, y algo más delgada de la cuenta para mi gusto, de modo que, sin estar plana, apenas le destacan las tetas. De altura está en la media, y su culo no tiene mal aspecto: con unos kilos más seguramente sería un culo espléndido. Una chica mona de cuerpo agradable, nada del otro mundo, pero por alguna razón, quizás incluso por ese “misterio” (¿o simple estupidez?) que la rodea como un halo, me da morbo. Vamos, que no me importaría ponerla en pelotas y hacerle unos cuantos jugueteos a ver si consigo arrancarle de una vez una sonrisa…

Y en fin, éstas son mis vecinas. Tengo otras, por supuesto, muchas con las que no tendría una fantasía ni loco, y alguna que podría estar en la frontera y podría llegar a considerarse en un momento de desesperación; pero estas tres, y especialmente las dos primeras, son mis musas particulares en esto del sexo de andar por casa. ¿También vosotros/as fantaseáis con vuestras vecinas o vecinos?

2 comentarios:

  1. Hola"Pensando en ti" un tema recurrente si pero en el que todos caemos.
    Me ha gustado leerte.
    Besos.Anna

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  2. Gracias, Anna, me alegro de que te haya gustado. Besos.

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